El ataque es múltiple, variable según los individuos.
En la mayoría de los casos, la anomalía principal se encuentra en la parte inferior de la espalda, en la región lumbar o sacra.
Se afecta la parte del sistema nervioso que controla los miembros inferiores, el tracto urinario, el intestino inferior y el funcionamiento de los órganos sexuales. Esto puede causar parálisis y/o alteraciones sensoriales en estas partes del cuerpo, en diversos grados. Como esta patología ocurre incluso antes del nacimiento, también interrumpirá el crecimiento óseo y provocará deformidades ortopédicas y, a veces, dolor.
Por lo tanto, posiblemente haya un impacto en las habilidades para caminar, en las posibilidades de orinar o retener la orina, en las funciones digestivas (estreñimiento y/o incontinencia), en la sexualidad.
Las infecciones del tracto urinario son comunes y pueden ocurrir complicaciones de la piel debido al trastorno de sensibilidad de la piel.
El sistema nervioso ubicado arriba de la médula espinal también puede verse afectado por la enfermedad. Esto puede provocar otros trastornos que pueden afectar a los miembros superiores, la capacidad de aprendizaje y las funciones cognitivas, el equilibrio, la vista….
Con el tiempo, pueden surgir problemas de peso u otros trastornos metabólicos que es importante prevenir.
Las repercusiones psicológicas son frecuentes.